martes, 30 de junio de 2015

Si es que tan sólo pudiera hablar

fuerte y claro como el sol de verano.

Y esta cobardía estúpida que yace
por esos golpes con olor a derrota...
Si esta cobardía (repetir exhala la irreverencia de
se extinguiera para siempre,


Esa gran paz que sienten los pajarillos
cuando abren sus alas para volar, para ver y
observar desde lejos ese infierno donde habían
de posarse, con millones de lanzas y garras
intentando acecharlos.
Esa gran paz que encuentra a este humano cuando
corre por al lado de ese río (contaminado, no importa)
que inunde la belleza de su ciudad: Tigre.
Esa gran paz que encuentra en los ojos de ese
pequeño ser (3 años).
Ésa y tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario